lunes, 2 de marzo de 2015

 El texto que escribió el poeta y escritor guerrerense para la presentación del 5 de diciembre en Taxco de "Corazón de plata".


Buenas tardes, es un honor para mí haber sido invitado por la maestra Rosario Cambray, Directora del Centro Cultural Taxco-Casa Borda, para comentar el nuevo libro de Kyra Galván, Corazón de plata, en la 16a. Feria del Libro de Taxco de Alarcón, Guerrero. Evento, impulsado con ahínco por la maestra Rosario, que cada año representa un importante espacio para favorecer la formación artística y la difusión de nuevos aportes a la literatura, de autores que aquí se congregan para dar a conocer sus creaciones.

Taxco, hogar por decisión y cariño de tantos y tantos artistas que bajo esta luna de plata, encontramos la atmósfera idónea para regalar nuestras creaciones al mundo. Pueblito hermoso que nos vives en el alma, con la blancura de leche, de plata que inunda los torrentes sanguíneos que transportan la memoria sensible de tus olores, de tu bullicio, de tus sabores e identidad, de tu grandeza. Hermosa ciudad colonial.

No hay viaje más insondable y misterioso que el que se emprende hacia el interior de uno mismo. Hacia el pasado. Hacia la habitación de espejos en que nos advertimos a veces rotos, vacíos, solos. Solos. Como quien estando en compañía del aparente amor, emprende un viaje hacia donde todo comenzó.

No hay travesía con más sinuosidades, que aquella que traza un mapa desde el hueco que nos corroe por dentro, con origen incierto en algún instante de vida, en que la vida se oxidó.

A veces la calidad del metal del que estamos hechos nos traiciona, y no resistimos ni los sucesos que nos quiebran, ni la inclemencia de tiempos oscuros.

Como noche sin luna plateada, y sin estrellas.

Corazón de plata es el viaje de Vivian, mujer valiente, hacia su Caja de Pandora. Un viaje del que nadie resulta ileso. Ni la mujer de padre de rostro borroso, ni el icónico William, Guillermo Spratling, nombrado así por Diego Rivera, ni algún secreto de Estado, ni la autora, estoy seguro. Ni el lector. Ningún lector.

La nueva novela de Kyra Galván se entreteje con una evidente documentación histórica y una vasta documentación –permítaseme así decirlo–, sensorial, que lo mismo nos lleva a una escena de cruento asesinato, que nos transporta al mercado, a las empedradas calles en que Vivian bromea con Everardo, su primer amor, que al Rancho Spratling, o a la calle Delicias, hacia aquella hermosa casa taller en que se gestó un sueño. Hasta los otros entornos en la memoria en que junto a los protagonistas se pregunta uno, ¿quién soy? y, ¿qué podré legarle a este pueblo?, aunado a mi trabajo como artista. Nunca tan grande como el gigante que fue él, Spratling, hombre de mirada llena de inventiva y de belleza, cuya huella persiste en nuestro Taxco, rinconcito bello, el secreto mejor guardado de México.

Corazón de plata está escrita en el más pulcro estilo de la novela policiaca, pero con matices intimistas que vuelven suigéneris la trama. Debo decir, la leí en todas partes porque Kyra, con su maestría, no me dejó despegar la vista desde la primera página.

Quise abrazar contra mi pecho, a Vivian en su desazón. Regalar mis ojos tristes a Everardo, enamorado sin luz, aunque hay cegueras que iluminan más que una visión opacada por el luto y el desencanto.

Admiro doblemente al personaje de Spratling porque comprendo su soledad y su infortunio. Por reconocerme en el valor de su disidencia sin tiempo, sin edad, sin clase social y sin parangón. Todavía hoy persisten aquellos estigmas enfrentados dignamente por él, hacia la diversidad sexual. Ojalá consigamos desnudar la dura hipocresía, y nos permitamos la libertad, que sólo puede florecer donde el otro no nos es más, ajeno.

Destello de inteligencia y sensibilidad, Kyra, es esta joya que nos regalas.

Tu Corazón de plata brilla, regocija, evoca, trastoca, admira, es fulgurante. Despierta las voces del ayer, ya nunca más silenciadas.

Que a cada lector, también, nos reconforte ahí donde nos duele. Que podamos hurgar debajo de la alfombra en que nos aguardan los secretos escondidos, y adonde están los traslúcidos, pero que no se quieren ver. Que no se pudran como gorgojos del alma.

Quienes amamos a Taxco tenemos también el Corazón de plata, Kyra, que ahora ya no es tan solo tuyo. Que late por sí mismo. Nos has revivido la memoria de la piel, de los sabores, el disfrute musical y la mirada. Que las notas vivas que nos regalas, musicalicen también allá, adonde Taxco viaje, a través de tus palabras.

Hermes Castañeda Caudana.

2 comentarios:

  1. Una novela excelente que muestra no solo una realidad poco conocida de nuestro país, sino que es un actual dilema al estar expuestos al influjo de dos diferentes culturas y al amor sin fronteras.

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  2. Muchas gracias por tu comentario, Arturo Galán de la Barreda. Efectivamente, la historia de William Spratling es un episodio poco conocido en la historia de nuestro país y de la gente que vivió en esa época y los dilemas a los que se enfrentaron. Es una manera interesante de aprender historia de nuestro país.

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